Jota oriunda del pueblo de Poza de la Sal, localidad que debe su nombre al afloramiento salino que se produce en sus inmediaciones. Gracias a la sal, Poza puede explicar no sólo su nombre sino también la razón de su existencia, sus costumbres y el talante de sus gentes. Todo ello reflejado en las letras de la Jota Salinera, en la que -como no podría ser de otra manera- la palabra “sal” y sus derivados es la más pronunciada.
Las salinas forman un enorme anfiteatro en cuyo centro se sitúa El Castellar (nombrado en la última estrofa). En 1786, durante el reinado de Carlos III, se comienza la construcción de la Casa de Administración de las Reales Salinas. Inmediatamente después se levantarán La Magdalena y Trescastro, dos de los tres almacenes de sal cuyos restos aún podemos ver en el Salero – ambos también citados en la última estrofa de la Jota.
La historia de Poza de la Sal y la historia de sus salinas es difícilmente separable, pues fue la explotación de la sal la clave para su desarrollo histórico y económico a lo largo de los siglos. Es por eso que en la segunda estrofa de la Jota se alude a que todos los personajes nombrados son y serán, de una forma u otra, “salineros”. No hay otro lugar tan especial en la provincia de Burgos como Poza en el que se pueda extraer sal a pesar de los casi 100 kilómetros que la separan del mar.
Las salinas de Poza de la Sal han sido declaradas Bien de Interés Cultural como Sitio Histórico por Real Decreto 262/2001 de 22 de noviembre. Esta declaración y la construcción del Centro de Interpretación de Las Salinas suponen las bases para la protección, conservación y divulgación del Salero y de la explotación industrial aunque artesanal de la sal que durante milenios aquí se llevó a cabo. Nosotros también ponemos nuestro granito de arena (que no de sal J) con la interpretación de esta Jota tan “salada” en todas nuestras actuaciones.
En cuanto al folkore pozano, es de destacar la Danza del Escarrete (que se baila a la “pata coja” o sobre un solo pie) y también el traje típico de la mujer pozana, que porta una pañoleta blanca de tul bordado y bordeada con blondas blancas en forma triangular quedando el pico en la espalda, adorno único en la provincia de Burgos. Quizás el tono blanco de la pañoleta responda al tono blanco de la sal pues, como dice la Jota Salinera: “te digo que soy morena aunque veas blanco mi pelo y es que la sal me blanquea como la luna en el cielo”.